Continuando con esta serie de artículos que me
llevan en el tiempo a las memorias de mis andares, de la antigua Jericó y el Monte de las Tentaciones, que ya recordé en la entrada anterior, paso ahora a la ciudad de Petra,
en Jordania, que tuve la oportunidad de visitar en diciembre de 2014.
MEMORIA DE MIS ANDARES (2)
Muy temprano, a la hora acordada para iniciar
el viaje, llegó nuestro guía al hotel Imperial Palace, en Amman, capital de
Jordania, donde nos hospedábamos. Nuestro destino, a tres horas de camino, Petra,
la ciudad perdida en el desierto, una de las maravillas creadas por la
Naturaleza y el Hombre, que desde el 6 de diciembre de 1985 fue inscrita en la
Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, título conferido por la Unesco.
PETRA
Petra, impresionante ciudad esculpida en la piedra rojiza de montañas areniscas, se localiza a 240 km al sur de Ammán, actual capital jordana. Aunque la mayoría de los monumentos que aún se pueden ver fueron construidos por los nabateos, se sabe que el área estuvo habitada desde hace más de siete mil años. Los edomitas la ocuparon del 1200 al 550 a.C., y los nabateos comenzaron a establecerse en ella a finales del siglo VI a.C.
Los nabateos se dedicaron principalmente a la
agricultura y a la cerámica. Cultivaban viñas y olivos y criaban camellos,
ovejas, cabras y caballos. Tenían conocimientos sobre la canalización del agua
y construyeron una compleja red de canales y cisternas que permitieron el
desarrollo de la ciudad. Hacia el siglo II a.C., Petra se convirtió en capital
del reino nabateo.
Petra fue un importante centro para las actividades
comerciales que enlazaban las rutas entre
China, la India y el sur de Arabia con Egipto, Siria, Grecia y Roma. Las
caravanas cargadas de incienso, seda, especias y otros materiales exóticos,
paraban en Petra por la seguridad que les brindaba. Los nabateos cobraban a las
comerciantes un impuesto por los bienes que pasaban por la ciudad.
Los romanos establecieron en el año 64 a.C. una
provincia en Siria y formaron la Decápolis, una alianza de diez estados que
impidió a los nabateos cualquier tipo de expansión. En el 106, se anexaron el
reino nabateo, convirtiéndolo en parte de la provincia romana de Arabia. A
partir de entonces los romanos tomaron el control de las rutas comerciales y
las desviaron de Petra. Era el principio del fin de los nabateos, cuya riqueza
y poder fue disminuyendo gradualmente hasta su decadencia.
La población nabatea comenzó a disminuir, y cuando el cristianismo se expandió por el Imperio Bizantino, Petra se convirtió en la sede de un obispado.
En el 447, uno de los antiguos monumentos nabateos fue convertido en iglesia por el obispo, y actualmente se conoce como Tumba de la Urna.
Más tarde, en el siglo XII, los cruzados ocuparon
Petra, pero pronto la desocuparon. Aunque el lugar volvió a utilizarse entre
los siglos XIII y XV como escala de las caravanas, finalmente Petra fue
abandonada, convirtiéndose en un lugar deshabitado, aunque fue protegido celosamente
por los beduinos de la zona.
Petra permaneció olvidada por el mundo
occidental hasta que el explorador suizo, Johann Ludwig Burckhardt, disfrazado
de árabe, la redescubrió en agosto de 1812.
El Siq o desfiladero
Como lo hacían los visitantes y las caravanas
milenarias, entramos a Petra a través del Siq o desfiladero, un estrecho y
ondulante cañón de más de un kilómetros de largo, con elevadas paredes
naturales de más de 100 metros de altura. El simple hecho de caminar a través
del Siq es una experiencia inolvidable. Los colores son deslumbrantes y las caprichosas
formaciones rocosas le dan a cada rincón un indescriptible misterio acumulado
por miles y miles de años. Aunque muy erosionadas, aún se pueden observar a lo
largo del cañón los vestigios de esculturas y decoraciones talladas en las
paredes de la montaña, y restos de construcciones de ingeniería hidráulica
realizadas por los nabateos hace más de dos mil años.
Al-Khazneh: El Tesoro
Al llegar al final del Siq, una inmensa
rendija que forman las paredes del cañón descubre por primera vez,
deslumbrante, una parte de la fachada del Al-Khazneh o El Tesoro.
Al salir del
cañón nos topamos de lleno con la impresionante vista de una de las más hermosas
y mejor conservadas construcciones de la ciudad: una fachada clásica de 30 metros
de ancho y 43 de alto, simétrica, esculpida directamente en la roca arenisca de
color rojizo, que eclipsa todo a su alrededor.
El Tesoro fue construido en el siglo I como
tumba de un rey nabateo. La fachada, de estilo helenístico, se desarrolla en
dos niveles, con elementos del orden clásico. En el primer nivel se encuentran
seis columnas con capiteles corintios que definen la entrada a la cámara y
sostienen el entablamento rematado por un frontón triangular en cuyo tímpano se
observa la cabeza erosionada de una gorgona.
En el segundo nivel, al centro de la fachada,
rompiendo el plano clásico de la fachada y el frontón, como si se tratara del estilo
que siglos después se denominaría barroco, destaca un hermoso templete circular,
formado por cuatro columnas y el entablamento circular coronado por un elemento
cónico que remata en un capitel corintio y una urna. Este templete se remete armónicamente
en el conjunto conservando la continuidad de los elementos clásicos de las columnas
y el entablamento.
La fachada y la leyenda de El Tesoro fueron
aprovechadas por Steven Spielberg en la mítica y fantástica película “Indiana
Jones y la última cruzada”, que se estrenó en 1989.
Pero Petra va mucho más allá de El Tesoro.
Conforme se avanza por el valle de Petra, uno va quedando sin palabras ante la belleza natural del lugar y su impresionante arquitectura, no construida sino literalmente esculpida en las montañas. Existen cientos de elaboradas tumbas excavadas en las rocas, con complicados grabados y elementos arquitectónicos y decorativos de diferentes culturas y estilos, que acentúan su belleza con las caprichosas vetas cobrizas de la piedra.
HASTA LA PRÓXIMA
[Los artículos que se publican en este Blog Horario: consagrado a las horas, son de la autoría de Horacio Olmedo Canchola. Quedan reservados todos los derechos de autor y protegidos por las leyes nacionales e internacionales sobre el Derecho de Autor.]
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