SEMBLANZA CURRICULAR

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Nació en Cuerámaro, Guanajuato. Es DOCTOR EN ARQUITECTURA (2009), Maestro en Arquitectura (2000) y Arquitecto (1976), por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; profesor de asignatura en Posgrado en Arquitectura (FA UNAM), coordinador y ponente de diplomados en la DECAD FA UNAM, profesor titular en la Universidad Marista campus Ciudad de México, profesor invitado de posgrado por la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), conferencista, aficionado a la pintura, la música, la historia y la literatura; viajero empedernido, autor de la monografía histórica "Cuerámaro... desde los muros de una hacienda" publicada en la edición especial de la Colección Bicentenario (2010), Gobierno del Estado de Guanajuato. Socio activo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y fundador y presidente de la SMGE Correspondiente en el Bajío de Guanajuato. Actualmente es Director de Integración de Planeación, Proyectos y Presupuesto, de la Dirección General de Obras y Conservación de la UNAM.

viernes, 25 de octubre de 2019

EL CAMPOSANTO DE LA CAPILLA DE SAN FRANCISCO


EL CAMPOSANTO DE CUERÁMARO

Grabado en papel China, primer tercio del siglo XX, original propiedad de Horacio Olmedo Canchola

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El camposanto, cementerio, necrópolis o panteón, es un sitio destinado a proporcionar reposo a los restos mortales de las personas.
 
El vocablo cementerio proviene del griego κοιμητήριον, koimeterion, y puede traducirse como lugar para dormir o dormitorio. Del griego derivó al latín como coemeterĭum, y llegó a nuestra lengua como cementerio.
 
Sin embargo, existe una diferencia de origen entre cementerio y panteón. El cementerio es el espacio físico en donde se depositan cadáveres. El panteón era un altar en los antiguos templos griegos donde se adoraba a los dioses, y no donde se sepultaba a alguien.

Al paso del tiempo, por la evolución de los templos griegos y romanos y su ocupación por diferentes culturas y religiones del mundo occidental, los templos recibieron también restos mortales de personajes importantes, de manera que, por su nuevo uso, el significado de panteón se generalizó para referirse al lugar donde reposan los restos mortales de las personas.

 
En el mundo occidental, y por tanto en la Nueva España desde el siglo XVI, los entierros de los católicos estaban bajo el control y registro de la Iglesia, y éstos se efectuaban en terrenos consagrados, que generalmente eran las mismas iglesias o los terrenos adyacentes a ellas. Por esa razón, a los terrenos o espacios consagrados donde se enterraba a los muertos se les llamó camposanto.




Al igual que en la mayoría de las iglesias católicas, el camposanto de la hacienda de Cuerámaro estuvo localizado desde el siglo XVI al oriente de la capilla de San Francisco, en el atrio, y la comunicación con la capilla se daba por la puerta lateral de la nave. Todavía a mediados del siglo pasado se podían ver en el piso del atrio varias lápidas de entierros, al igual que en el piso del interior de la capilla y en los muros, donde aún se pueden ver algunas lápidas que señalan el lugar de reposo de los restos mortuorios de algunas personas.

Entrada a lo que fuera el bautisterio
de la Capilla de San Francisco de Cuerámaro
El 31 de julio de 1859, don Benito Juárez expidió desde Veracruz el decreto de Secularización de Cementerios, quitando toda intervención del clero en cementerios y camposantos.

El camposanto de la capilla de San Francisco siguió abierto y funcionando hasta que se estableció el Panteón Municipal, al norte de la población, como resultado de la creación del municipio con cabecera en el pueblo de Cuerámaro, que surgió en 1869, hace 150 años, de la congregación fundada por el licenciado Agapito de Anda. en lo que fuera el casco de la hacienda de Cuerámaro. 

En 1868, la población del país era de 8.5 millones de habitantes, mientras que la del estado de Guanajuato era de 729,988. En ese mismo año, a escasos diez de fundada la congregación de Cuerámaro, su población era de 4,680 habitantes, y según la Memoria del Gobierno del Estado se registraron en la Congregación de Cuerámaro 731 defunciones (370 hombres y 361 mujeres), sin determinar las edades.

A finales del siglo pasado, la parroquia de Cuerámaro adaptó en la capilla de San Francisco un pequeño panteón con gavetas para el depósito de restos mortuorios exhumados o cenizas, en un reducido espacio que originalmente fuera el bautisterio al lado izquierdo de la puerta principal de la capilla.

Por cierto, allí había una pila bautismal de piedra, en la que fui bautizado, como muchos cueramarenses hasta 1950, cuando se consagró el nuevo bautisterio del templo de Cristo Rey. Desconozco a dónde fue aquella pila bautismal de piedra, pero ojalá que alguien tuviera información para promover su rescate y preservación.

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[Todos los artículos que se publican en este Blog Horario: consagrado a las horas, son de la autoría de Horacio Olmedo Canchola. Quedan reservados todos los derechos de autor y protegidos por las leyes nacionales e internacionales sobre el Derecho de Autor.] 2019 

miércoles, 23 de octubre de 2019

160 ANIVERSARIO DE LA CONGREGACIÓN DE CUERÁMARO

¿ANIVERSARIO 161 o 160 de la Congregación?

 Parece trivial, pero hay una razón...



El Lic. Agapito de Anda fue un personaje que participó de manera destacada en diversas actividades del ámbito social, político e histórico del estado de Guanajuato durante la segunda mitad del siglo XIX. Como parte de esas actividades, fue fundador de una pequeña congregación en lo que por más de 300 años fuera el casco de la hacienda de Cuerámaro, la que adquirió de la Orden de la Sagrada Religión de Clérigos Regulares Ministros de los Agonizantes de San Camilo de Lelis (padres camilos) como resultado de la aplicación de la Ley Lerdo, promulgada por Ignacio Comonfort el 25 de junio de 1856, por cuyos efectos se desamortizaban inmensas propiedades de corporaciones civiles y religiosas.



Los camilos habían adquirido la hacienda de Cuerámaro en 1762, después de un largo proceso judicial de remates que se llevaron a cabo para pagar las deudas que pesaban sobre la hacienda tras la muerte de Pedro Clavería, su anterior dueño, y la conservaron en propiedad por cerca de un siglo.



Tras la promulgación de la Ley Lerdo, para dar cumplimiento a la ley de desamortización —aunque tratando más bien de evadirla—, la comunidad de los camilos realizaron una supuesta operación inmobiliaria por la cual vendían su hacienda de Cuerámaro a José María Martínez Negrete y a Primitivo Serrano por 310,000 pesos. Los compradores no pagaron nada, ya que el trato se realizó mediante una hipoteca por el valor total de la hacienda. La venta quedó registrada oficialmente como desamortización, y se da razón de ella en la Memoria de Hacienda que presentó Miguel Lerdo de Tejada en 1857.

El 23 de enero de 1858 asumió la presidencia de la República el general Félix Zuloaga, representando la reacción conservadora, quien de inmediato lanzó un golpe en contra de las reformas liberales expidiendo el 28 del mismo mes un Decreto que derogaba la ley de desamortización del 25 de junio de 1856 y otras leyes reformistas. Con ese Decreto, todas las operaciones de desamortización se nulificaban, quedando de nuevo los antiguos dueños en plena posesión de las fincas y terrenos desamortizados. De esa manera, la hacienda de Cuerámaro fue devuelta a los camilos por Martínez y Serrano, los supuestos compradores.

Por el otro lado, Benito Juárez, presidente del gobierno constitucional, lanzó desde Veracruz el contra ataque a las medidas reaccionarias de Zuloaga, mediante circular de 30 de agosto de 1858, que establecía que todas las fincas devueltas voluntariamente por los adjudicatarios quedaban a disposición del gobierno constitucional, para su venta definitiva.

El futuro de la hacienda de Cuerámaro pendía de los acontecimientos políticos, en un hilo sostenido en un extremo por el gobierno constitucional que pugnaba por la Reforma, y en el otro el gobierno conservador y reaccionario de Zuloaga. En ese inter fue vendida al licenciado Agapito de Anda, vecino de Guanajuato, como consta en la escritura 85212, folio 2359, de 5 de octubre de 1858, suscrita ante la fe del notario público Pablo Sánchez.

Más tarde se expediría la ley del 12 de julio de 1859 y su ley reglamentaria de 13 del mismo mes, con la que se suprimían las órdenes de religiosos regulares y se declaraba la nacionalización, sin compensación alguna, de los inmuebles y los capitales clericales, con lo que quedaron finalmente fijadas las bases para el establecimiento definitivo de la Congregación de Cuerámaro.

En vista de lo anterior, no se puede asumir 1858 como año de la fundación de la Congregación de Cuerámaro, pese a la fecha de la escritura, sino 1859, cuando fue ratificada la operación por Francisco Zarco y Ramón Guzmán, apoderados en México del Supremo Gobierno, y hasta que se ejecutó lo establecido por la ley reglamentaria de 13 de julio de 1859.

POR TANTO, EN ESTE 2019 SE CONMEMORA EL 160 ANIVERSARIO DE LA CONGREGACIÓN DE CUERÁMARO
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[Cuerámaro... desde los muros de una hacienda, de Horacio Olmedo Canchola, publicado en la Colección Monografías Municipales de Guanajuato, 2010]
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