EL CAMPOSANTO DE CUERÁMARO
Grabado en papel China, primer tercio del siglo XX, original propiedad de Horacio Olmedo Canchola |
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El camposanto, cementerio, necrópolis o panteón, es un sitio destinado a
proporcionar reposo a los restos
mortales de las personas.
El
vocablo cementerio proviene del
griego κοιμητήριον, koimeterion, y
puede traducirse como lugar para dormir
o dormitorio. Del griego derivó al
latín como coemeterĭum, y llegó a
nuestra lengua como cementerio.
Sin embargo, existe una diferencia de origen entre cementerio y panteón. El cementerio es el espacio físico en donde se depositan cadáveres. El panteón era un altar en los antiguos templos griegos donde se adoraba a los dioses, y no donde se sepultaba a alguien.
Al paso del tiempo, por la
evolución de los templos griegos y romanos y su ocupación por diferentes culturas y
religiones del mundo occidental, los templos recibieron también restos mortales
de personajes importantes, de manera que, por su nuevo uso, el significado de
panteón se generalizó para referirse al lugar donde reposan los restos mortales
de las personas.
En el mundo occidental, y por tanto en la Nueva España desde el siglo XVI, los entierros de los católicos estaban bajo el control y registro de la Iglesia, y éstos se efectuaban en terrenos consagrados, que generalmente eran las mismas iglesias o los terrenos adyacentes a ellas. Por esa razón, a los terrenos o espacios consagrados donde se enterraba a los muertos se les llamó camposanto.
Al igual que en la mayoría de las iglesias católicas, el camposanto de la hacienda de
Cuerámaro estuvo localizado desde el siglo XVI al oriente de la capilla de San Francisco, en el
atrio, y la comunicación con la capilla se daba por la puerta lateral de la nave. Todavía a mediados del siglo pasado se podían ver en el piso del
atrio varias lápidas de entierros, al igual que en el piso del interior de la capilla y en los muros,
donde aún se pueden ver algunas lápidas que señalan el lugar de reposo de
los restos mortuorios de algunas personas.
Entrada a lo que fuera el bautisterio de la Capilla de San Francisco de Cuerámaro |
El camposanto de la capilla de San Francisco siguió abierto y funcionando hasta que se estableció el Panteón Municipal, al norte de la población, como resultado de la creación del municipio con cabecera en el pueblo de Cuerámaro, que surgió en 1869, hace 150 años, de la congregación fundada por el licenciado Agapito de Anda. en lo que fuera el casco de la hacienda de Cuerámaro.
En 1868, la población del país era de 8.5 millones de habitantes, mientras que la del estado de Guanajuato era de 729,988. En ese mismo año, a escasos diez de fundada la congregación de Cuerámaro, su población era de 4,680 habitantes, y según la Memoria del Gobierno del Estado se registraron en la Congregación de Cuerámaro 731 defunciones (370 hombres y 361 mujeres), sin determinar las edades.
A finales del siglo pasado, la parroquia de Cuerámaro adaptó en la capilla de San Francisco un pequeño panteón con gavetas para el depósito de restos mortuorios exhumados o cenizas, en un reducido espacio que originalmente fuera el bautisterio al lado izquierdo de la puerta principal de la capilla.
Por cierto, allí había una pila bautismal de piedra, en la que fui bautizado, como muchos cueramarenses hasta 1950, cuando se consagró el nuevo bautisterio del templo de Cristo Rey. Desconozco a dónde fue aquella pila bautismal de piedra, pero ojalá que alguien tuviera información para promover su rescate y preservación.
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[Todos los artículos que se publican en este Blog Horario: consagrado a las horas, son de la autoría de Horacio Olmedo Canchola. Quedan reservados todos los derechos de autor y protegidos por las leyes nacionales e internacionales sobre el Derecho de Autor.] 2019
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