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Nació en Cuerámaro, Guanajuato. Es DOCTOR EN ARQUITECTURA (2009), Maestro en Arquitectura (2000) y Arquitecto (1976), por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; profesor de asignatura en Posgrado en Arquitectura (FA UNAM), coordinador y ponente de diplomados en la DECAD FA UNAM, profesor titular en la Universidad Marista campus Ciudad de México, profesor invitado de posgrado por la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), conferencista, aficionado a la pintura, la música, la historia y la literatura; viajero empedernido, autor de la monografía histórica "Cuerámaro... desde los muros de una hacienda" publicada en la edición especial de la Colección Bicentenario (2010), Gobierno del Estado de Guanajuato. Socio activo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y fundador y presidente de la SMGE Correspondiente en el Bajío de Guanajuato. Actualmente es Director de Integración de Planeación, Proyectos y Presupuesto, de la Dirección General de Obras y Conservación de la UNAM.

jueves, 27 de agosto de 2020

LOS RESTOS DE MINA: EN BUSCA DE EXPLICACIONES Y CERTEZAS

¿EN REALIDAD SON LOS RESTOS DE XAVIER MINA...?

Autor: Horacio Olmedo Canchola 2020

Estudio topográfico de la localización del fuerte de Los Remedios (Horacio Olmedo Canchola)

El 19 de julio de 1823, el Soberano Congreso Mexicano decretó el reconocimiento como “beneméritos de la patria en grado heroico”, a Hidalgo, Allende, Aldama, Abasolo, Morelos, Matamoros, Leonardo y Miguel Bravo, Galena, Jiménez, Mina, Moreno y Víctor Rosales, y ordenó la exhumación de sus restos y el traslado a la Ciudad de México para que fueran honrados y depositados en la Catedral Metropolitana.

En Guanajuato, la exhumación de los restos de Xavier Mina estuvo a cargo del coronel José Antonio Huidobro, del bachiller José María Sixtos, teniente de cura en la hacienda de Cuerámaro; de Ermenegildo Ramos y José Mariano Negrete, regidores del Ayuntamiento de Pénjamo, y del teniente coronel José María Figueroa, quienes acompañados por dos guías lugareños —que supuestamente conocían el lugar de la sepultura— procedieron a la localización y rescate de los restos del navarro en el campo de El Tigre, donde había estado un campamento realista durante el sitio que Liñán impuso a Los Remedios entre septiembre y diciembre de 1817.

Después de cumplido el encargo, la Diputación Provincial de Guanajuato informó que los restos de Xavier Mina habían sido exhumados el 25 de agosto de 1823 “en el campo de San Gregorio, en la jurisdicción de Pénjamo”, y que fueron enviados a Guanajuato para que de ahí salieran a la Ciudad de México.

En el año de 2010, con motivo de la conmemoración del Bicentenario del inicio de la Independencia, se llevaron a cabo diversos estudios científicos a los restos que desde 1925 se encontraban en la Columna de la Independencia.

Los restos atribuidos a Xavier Mina se encontraban en una urna de madera con tapa de terciopelo acojinada. Sin embargo, según el informe oficial publicado en 2012, la urna contenía en realidad más de 200 piezas óseas, correspondientes a huesos largos y cortos, costillas y vértebras, omóplatos e iliacos, así como dos cráneos, todos ellos pertenecientes en su conjunto a diferentes individuos, la mayoría del sexo masculino, aunque también algunos pertenecientes al sexo femenino y otros de infantes.

No obstante, los estudios practicados permitieron la recomposición de ocho individuos que para su identificación fueron registrados con letras de la A a la H. En lo que se refiere al individuo registrado con la letra F, el informe dice que corresponde a un adulto joven (25 a 30 años) con una estatura de 1.70 m, y que probablemente sean de Xavier Mina.


Por lo anterior, al margen de los estudios realizados y más allá de las versiones oficiales sobre la autenticidad de los restos atribuidos a los beneméritos de la patria, hasta ahora se han soslayado o ignorado serios errores históricos que permiten plantear la hipótesis de que los restos atribuidos a Xavier Mina no son en realidad los del navarro, sino los de un soldado realista desconocido, que fue sepultado en el campo atrincherado de El Tigre, donde estuvo uno de los campamentos del ejército español que sitió al fuerte de Los Remedios entre septiembre y diciembre de 1817.

Este planteamiento se sustenta principalmente en el análisis objetivo de un documento fundamental, titulado “Certificado de la exhumación del cadáver del Benemérito Ciudadano Francisco Xavier de Mina”, expedido y firmado por el bachiller José María Sixtos, teniente de cura de la parroquia del partido de Cuerámaro, el 27 de agosto de 1823,[1] cuyo texto dice lo siguiente:

En cumplimiento al oficio que me dirigió el señor coronel D. José Antonio Huidobro, pasé el veinte y cinco de la fecha, en compañía de los señores regidores del Ayuntamiento de Pénjamo, D. Ermenegildo Ramos, D. José Martiniano Negrete y del teniente coronel D. José María Figueroa, al campo del sitio del Fuerte de los Remedios (alias San Gregorio) donde por dos individuos fuimos guiados al lugar donde fue sepultado el Exmo. Sr. Gral. D. Francisco Xavier de Mina, después de ejecutar la sentencia en el sitio nombrado el Campo del Tigre, y exhumado que fue su cadáver, encontrando todas las señas que los conductores habían dicho, no nos quedó duda de ser el mismo.

Fueron depositadas sus reliquias en un féretro lo más decente que en esta Hacienda pudieron proporcionarnos los dueños de ella, depositándolo en esta Parroquia de mi Cargo, en una pira, con el acompañamiento de toda la vecindad, dobles, vigilia y Misa de Cuerpo Presente, hasta entregarlo al expresado coronel D. José Antonio Huidobro para su conducción a la Capital de la Provincia.

Y para su debida constancia doy este Certificado en la Hacienda de Cuerámaro a 27 de agosto de 1823. (Firma) Br. José María Sixtos.

No hay duda sobre la veracidad y autenticidad del documento como prueba de la exhumación realizada, pero existe en el certificado una equivocación fundamental y significativa que parece haber pasado desapercibida hasta ahora, y que es necesario desvelar.

La equivocación se originó en 1823, cuando los guías lugareños determinaron el lugar en el que, según dijeron, fue sepultado el cadáver de Xavier Mina “después de ejecutar la sentencia en el sitio nombrado el Campo del Tigre”, ignorando o pasando por alto que Xavier Mina había sido fusilado en el crestón del Bellaco, donde estaba el cuartel general de Pascual de Liñán, frente al fortín insurgente del Tepeyac.

La consecuencia, por tanto, fue la exhumación de un individuo equivocado.

Para explicar la equivocación y refutar lo dicho por los lugareños al indicar el lugar de la exhumación, es necesario conocer la topografía del sitio y saber que el puesto realista del campo de El Tigre estaba localizado al noreste del fuerte de Los Remedios, barranca de por medio, aproximadamente a 2000 m s. n. m., entre el campo atrincherado de Navarra y el campo de Apodaca, enfilando sus baterías al rediente insurgente de la Libertad. Es decir que el campo de El Tigre estaba por debajo de la altura del Bellaco, que tiene aproximadamente 2450 m s. n. m., y con una distancia entre ambos puntos de alrededor de dos kilómetros en línea recta, sin considerar la escarpada topografía que los define.[2]

Con base en lo anterior, se puede precisar que Xavier Mina no fue ejecutado ni sepultado en el campo de El Tigre, como afirma categóricamente el certificado de exhumación, sino en lo alto del cerro del Bellaco, en crestón localizado frente al baluarte insurgente del Tepeyac, al norte del cuartel general que estableció y mantuvo Pascual de Liñán durante el prolongado sitio a Los Remedios.

 

Detalle del plano del fuerte insurgente de Los Remedios, donde se observa el fortín del Tepeyac y el cuartel general de Pascual de Liñán en el cerro del Bellaco, donde fue fusilado Xavier Mina.



[1] Archivo General del Gobierno del Estado de Guanajuato. Secretaría. Fondo Especial. Municipios, Pénjamo, 1823. Certificación de la exhumación del cadáver de Francisco Javier Mina.