Para apreciar mejor las imágenes de click en cada una de ellas.
PRESENTACIÓN
Estudio que presentó HORACIO OLMEDO CANCHOLA como trabajo recepcional para su ingreso como Socio Activo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en la Sesión Solemne de 15 de enero de 2018, 12.30 horas, en la Ciudad de México.
Introducción a la tercera parte
El fuerte de Los Remedios fue establecido por el presbítero
José Antonio Torres a mediados de 1815, frente a la hacienda de San Gregorio,
ocupando alturas que van de 1,900 a 2,450 metros sobre el nivel del mar.
Por sus características, el mariscal realista Pascual de
Liñán lo consideró “el punto de apoyo más formidable de cuantos habían
construido [los insurgentes] desde el principio de la insurrección”, y era, a
finales de 1817, y lo sabía bien, porque era el objetivo más importante de las
tropas a su mando.
Al terminar la segunda parte de la conferencia, decíamos que
Liñán estableció su cuartel general en lo alto del cerro del Bellaco, frente al
baluarte del Tepeyac, hasta donde subió tropas y armamento, y que así dio
comienzo el trágico sitio al fuerte de Los Remedios, que duraría cuatro meses,
uno de los más prolongados de la Guerra de Independencia.
Liñán estableció su cuartel general en lo alto del cerro del
Bellaco, frente al baluarte del Tepeyac, hasta donde subió tropas y armamento.
Reconstrucción conceptual del polígono que ocupaba el fuerte de Los Remedios, hecho por Horacio Olmedo Canchola a partir de una imagen virtual de Google Earth. |
Localización del cuartel general de Pascual de Liñán en el crestón del Cerro del Bellaco, frente al baluarte insurgente del Tepeyac del fuerte de Los Remedios. |
TERCERA Y ÚLTIMA PARTE
Así dio comienzo el trágico sitio al fuerte de Los Remedios, que duraría cuatro meses, uno de los más prolongados de la Guerra de Independencia.
La fuente más importante para entender las operaciones que
de diferentes maneras describen los protagonistas en sus informes, y
posteriormente diversos autores, es un plano realizado por el Real Cuerpo de
Ingenieros de la Subinspección de Nueva España, que actualmente se encuentra en
la Biblioteca del Congreso, en Washington, y una copia que se conserva en Fondo
Cartográfico del Virreinato de la Nueva España (1816-1821) de la Real Academia
de la Historia de España, en la colección de Ruiz de Apodaca.
Plano topográfico del fuerte de Los Remedios y de los terrenos que lo circundan, elaborado en 1817..(Biblioteca del Congreso, de Washington) |
Plano topográfico del fuerte de Los Remedios y de los terrenos que lo circundan, elaborado en 1817. (Colección Ruiz de Apodaca, RAHE.) |
Aunque ambos planos son prácticamente iguales, el de la Real
Academia presenta notorias diferencias respecto al de la Biblioteca del
Congreso. Una, la fecha de inicio del sitio al fuerte de Los Remedios, que en
el de la Biblioteca del Congreso se anota correctamente como “1º de septiembre
de 1817”, mientras que en la copia se asienta de manera errónea el “1º de
febrero de 1817”.
Otra diferencia está en los dibujos que encabezan a los
respectivos planos, y de manera obvia en la indicación de que la copia fue
sacada por orden superior de Ruiz de Apodaca.
En 1830 se hizo otra copia del plano de Ruiz de Apodaca, que
fue publicada por Mariano Torrente en Historia de la Revolución Hispano-americana.
Algunos años después, Lucas Alamán incluyó una copia de este
plano en la Historia de Méjico, publicada a mediados del siglo XIX, y lo mismo
hizo más tarde Julio Zárate, quien igualmente difundió una copia del plano en
el Libro Segundo de México a Través de los Siglos.
Plano topográfico del fuerte de Los Remedios, publicado por Mariano Torrente (1830). |
Por razones obvias, este dibujo ha sido el más conocido en
México.
A partir der esos documentos y del estudio de los informes
militares, finalmente pude hacer la reconstrucción virtual de la fortaleza de
Los Remedios y de las posiciones del ejército realista durante el sitio, en su
verdadero contexto geográfico, con los siguientes resultados.
Para la mejor compresión, los detalles de los planos pueden
compararse con la reconstrucción virtual.
Estudio comparativo de las fuentes y los resultados del estudio realizado por Horacio Olmedo Canchola. |
Por último, buscando rectificar errores que por desconocimiento
se han arrastrado en lo que se refiere a la localización del cerro o crestón
del Bellaco, tomando de base esas fuentes, podemos definir sin lugar a dudas la
localización del Baluarte del Tepeyac, así como la ubicación del campamento
general de Pascual de Liñán y, en consecuencia, el verdadero lugar del
fusilamiento de Xavier Mina.
El punto más importante del fuerte era el baluarte del
Tepeyac con cuatro troneras, dos de las cuales quedaron destruidas al principio
del sitio. Desde este punto se dominaba el cerro del Bellaco, la barranca del
noreste y el lado opuesto.
Pascual de Liñán había hecho esfuerzos infructuosos por
reducir la defensa del fuerte. En repetidas ocasiones había intentado destruir
el baluarte del Tepeyac por medio de explosivos, y mando construir una mina
—que no llegó a concluirse— desde el punto avanzado de su campamento hasta la
parte baja del Tepeyac.
Vista del fortín del Tepeyac, desde el Cerro del Bellaco. (Colección Ruiz de Apodaca, RAHE) |
Las fuerzas de los sitiados se habían ido agotado a lo largo
de cuatro meses. Ya no podían esperar ayuda del exterior, ni siquiera de
Jaujilla, porque también ese fuerte había sido sitiado conforme a la estrategia
de los realistas.
En tales circunstancias, el padre Torres tomó la decisión de
abandonar la fortaleza antes de que los realistas intentaran el ataque final,
que sería funesto.
La salida se llevaría a cabo la noche del 1 de enero de 1818
por la barranca de Panzacola, única salida viable, aunque peligrosa en extremo.
Al caer el fuerte, su población total todavía rebasaba los
1400 habitantes, de los cuales, en el mejor de los casos, tan sólo sobrevivió
una tercera parte, compuesta en su mayoría por mujeres y niños de todas las
edades.
Pascual de Liñán dice:
Cuando ya los enemigos del Rey se desengañaron de que les era imposible abrirse paso, sólo pensaron en apelar a la dispersión para librarse de la muerte que miraban tan próxima, y en el instante mismo en que cesaron los fuegos, para detenerse menos en la fuga, fueron atacados por la espalda repentinamente por la mencionada fuerza del regimiento de Zaragoza y Corona que en dirección del fuego habían conseguido ya superar la barranca de Panzacola: este fue el momento en que los enemigos, que iban logrando escapar del campo del Sr. Negrete, tiraron las armas, fueron víctimas la mayor parte, y se desbarrancaron los restantes, que cayeron en nuestras manos a la madrugada del siguiente día.
El fuerte fue demolido hasta sus cimientos, y los
prisioneros fusilados.
Los oficiales y tropas realistas fueron condecorados con un
escudo en el que se ve la silueta del baluarte del Tepeyac, coronado con una
ondeante bandera española, mientras debajo de éste se ve la bandera caída del
fuerte de Los Remedios, en señal de la derrota.
A un lado, en un óvalo circundado por una palma y una rama
de olivo, símbolos de la victoria alcanzada, se lee la leyenda:
“Por la toma del fuerte de San Gregorio. Año de 1818”
Escudo con el que fueron condecorados los soldados y oficiales de las tropas realistas por la toma del fuerte de Los Remedios el 1 de enero de 1818. (AGN, México) |
Liñán describe el fin de la fortaleza de Los Remedios,
manifestando que para los realistas fue ése “un suceso tan feliz, y acaso el
que más debe influir de cuantos han tenido lugar en el reino para su entera
pacificación”. Y explica:
El resultado de esta escena, que tanto honor hace a las armas del Rey nuestro señor, ha sido haber quitado a sus enemigos el punto de apoyo más formidable de cuantos han construido desde el principio de la insurrección, el que ha contado con más recursos, y en cuya conservación fundaban la prolongación de sus delirios. Cerca de 500 cadáveres dejó el enemigo al frente de los puestos que atacó en las barrancas y dentro de las murallas, entre ellos los del cabecilla Juan Hidalgo, Cruz Arroyo y algunos de los pocos extranjeros que los acompañaban; más de 400 prisioneros (sin contar un crecido número de mujeres y niños que he despachado a sus casas) se hallan en nuestro poder, y no comprendo en ellos a los cabecillas y otros sujetos que tengo separados […] y sólo se salvaron 6 insurgentes con el apóstata P. Torres, y como unos 60 que aún se encontraban al rayar el día en diferentes cerros.
Son estos los nombres de algunos de los más de mil
defensores y mártires del fuerte de Los Remedios, que no podemos olvidar:
El
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¡Un trabajo admirable! Minuciosamente combina la documentación existente con los medios actuales, y ayuda a rescatar momentos dignísimos de la historia nacional. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarAgradezco el comentario.Saludos
EliminarDispongo de un escudo de distinción con los que condecoraron a los soldados españoles por aquella acción. Forma parte de una colección de 4 de las acciones de las tropas españolas en Nueva España entre 1813 y 1818.
ResponderEliminargarciadesolanas@hotmail.com
Conozco los escudos con los que se distinguió a los soldados realistas que participaron en las acciones. Si está interesado en compartir un escudo de alguna manera, estaré pendiente. Saludos
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