CAÍDA DEL FUERTE DEL SOMBRERO O DE COMANJA
A escasos tres días de que Pascual de Liñán estableciera
el sitio al fuerte del Sombrero, que comandaban Pedro Moreno y Xavier Mina, comenzaron a escasear los
víveres y las municiones. Frente a esa situación, y al no recibir el apoyo del padre Torres, Xavier
Mina decidió salir del fuerte la noche del 8 al 9 de agosto, acompañado por
Miguel Borja y Encarnación Ortiz, con la intención de llegar a Los
Remedios en busca de auxilio.
John Davis Bradburn |
En El Sombrero había quedado al frente
de la División el coronel Guilford Dudly Young, del ejército de los Estados
Unidos y amigo cercano del general Winfield Scott, teniendo como segundo al
coronel norteamericano John Davis Bradburn.
Las acciones que realizaban Mina, el padre Torres y sus
partidas para auxiliar a los sitiados del Sombrero se encuentran brevemente descritas
en los informes militares de Liñán. Sin
embargo, en las Memorias se lee una
versión diferente. Nuevamente basándose en Brush, Robinson dice que cuando Mina
logró salir del fuerte permaneció varios días en las montañas de sus
alrededores con un pequeño cuerpo de caballería, y que habiendo enviado varios
mensajes al padre Torres instándolo a que mandara tropas al fuerte o para
cubrir los movimientos de su guarnición, sólo recibía respuestas evasivas y
frívolas, por lo que decidió dirigirse a Los Remedios, llevando consigo una
escolta de cien hombres de la caballería de Ortiz, a donde llegó el día 17, dos
días antes de que cayera el Sombrero. Ante la insistencia de Mina —concluye—,
“Torres dio orden a algunos de sus comandantes de ocurrir con sus tropas tan
pronto como fuera posible a Los Remedios; pero ¡ay! esta orden fue dada
demasiado tarde para ser de utilidad a El Sombrero”.
Esa versión fue seguida por la mayoría de los autores, y es
la que prevalece sin ser cuestionada. Sin embargo, si se analiza objetivamente
en el contexto apremiante del sitio, se puede deducir lo ilógico que resulta suponer
que, conociendo la situación de los sitiados y habiendo salido del Sombrero
desde la madrugada del 9 de agosto, Mina permaneciera inactivo y desperdiciara
inútilmente una semana tan sólo por supuestas respuestas evasivas y frívolas (o
insignificantes, como lo traduce Mora) de Torres. Mina había salido con Borja y
Ortiz con la intención actuar y buscar auxilio urgente para los sitiados, y con
esa convicción llegó a Los Remedios el día 10. Las acciones e intentos de
auxilio con el padre Torres, Diego Noboa, Lucas Flores, Miguel Borja y
Encarnación Ortiz, comenzaron de inmediato, pero no tuvieron éxito, como
tampoco lo había tenido antes el padre Torres.
En el Sombrero, ya todo esfuerzo era inútil. Poco después de
la salida de Mina, dice James A. Brush, “la mayoría de los mexicanos desertaron
y, siguiendo su ejemplo, también algunos de los soldados de Soto la Marina que
hasta entonces habían permanecido leales a la División incluso en las
situaciones más difíciles o peligrosas. La guarnición se vio reducida a unos
doscientos cincuenta efectivos”.
Habiendo conocido por la confesión de algunos desertores sobre
la apremiante situación en el interior del fuerte, Liñán redobló los ataques, seguro
de su inminente caída. Mientras, en el interior de la fortaleza, además de los
ataques de los relistas, se vivía una desesperada situación emocional que
enfrentaba a Pedro Moreno con los oficiales de la división de Mina. James A
Brush, oficial inglés de la División, que se encontraba en el fuerte, escribe
en su Diario graves acusaciones de
avaricia y mezquindad sobre Moreno y sus pocos oficiales que aún quedaban.
Los oficiales de la División ya no estaban de acuerdo en
seguir defendiendo el fuerte, y el coronel Young ordenó que se preparara todo
para abandonar el fuerte a media noche del 18 de agosto; sin embargo, dice
Brush, Moreno insistió en que se debía mantener la defensa a toda costa, y
manifestó que “aunque los miembros extranjeros de la División Auxiliar lo
abandonaran, él permanecería en la plaza con la pequeña parte de sus propios
hombres que aún seguían en el fuerte y con aquellos nativos que eligieran
compartir su destino para continuar la defensa hasta sus últimas
consecuencias”. Moreno impuso su punto de vista, y la orden de evacuar el
fuerte fue revocada. Sin embargo, al no ser comunicada esta contraorden a
todos, algunos oficiales de la administración y sus sirvientes abandonaron el
fuerte a la hora indicada, seguidos por un número considerable de nativos y
soldados extranjeros.
Al día siguiente, enterado Liñán de los acontecimientos,
ordenó romper la línea delantera de aproximación y avanzar las columnas hacia
la fortificación. Comenzó la última y heroica batalla de defensa del Sombrero.
Según Brush, los realistas perdieron en el asalto alrededor de cuatrocientos
hombres, y aunque en El Sombrero las pérdidas fueron escasas en número, entre
éstos se contó la muerte del jefe de la División Auxiliar, el coronel Guilford
Dudly Young, quien por la emoción ante la huida de los enemigos se había subido
a una gran roca cerca de la muralla, y un tiro de cañón de la batería enemiga
le voló la parte superior del cráneo. Young fue enterrado con honores en el interior
del fuerte, y el mando de la División pasó al coronel norteamericano John Davis
Bradburn.
El 20 de agosto de 1817, hace doscientos años, cayó el fuerte El Sombrero en poder de Liñán, cuando sus ocupantes pretendían escapar huyendo por las barrancas. La mayoría murió; aunque también cayeron muchos prisioneros, que más tarde fueron fusilados. Entre los prisioneros estaban la esposa de Pedro Moreno y uno de sus hijos. El mariscal insurgente Pedro Moreno logró escapar con algunos hombres de Mina.
El 20 de agosto de 1817, hace doscientos años, cayó el fuerte El Sombrero en poder de Liñán, cuando sus ocupantes pretendían escapar huyendo por las barrancas. La mayoría murió; aunque también cayeron muchos prisioneros, que más tarde fueron fusilados. Entre los prisioneros estaban la esposa de Pedro Moreno y uno de sus hijos. El mariscal insurgente Pedro Moreno logró escapar con algunos hombres de Mina.
Vistas del fuerte El Sombrero (Colección Ruiz de Apodaca RAHE) |
Condecoración otrogada a los soldados y oficiales realistas que participaron en la toma de El Sombrero. (AGN) |
NOTA: Este artículo es un fragmento del libro inédito "Resistencia insurgente en el Bajío (1813-1818), de Horacio Olmedo Canchola. Reservados todos los Derechos. Queda prohibida su difusión, copia o almacenamiento sin autorización expresa del Autor.
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