Horatio (Horacio), nombre masculino del latín, que significa "consagrado a las Horas".
En la mitología griega, originalmente las Horas eran las diosas del orden de la naturaleza y de las estaciones del año; posteriormente fueron consideradas como diosas del orden en general, y de la justicia.
En ese marco, suelen considerarse dos generaciones de éstas diosas. En la primera generación, según la obra de Homero, las Horas son ministras de Zeus, y diosas olímpicas del clima. Desde tiempos muy antiguos se adoraba en Atenas a Talo, Hora de la primavera, y a Carpo, la del otoño. (En la imagen: "Dionisio guiando a la Horas". Louvre)
En ese marco, suelen considerarse dos generaciones de éstas diosas. En la primera generación, según la obra de Homero, las Horas son ministras de Zeus, y diosas olímpicas del clima. Desde tiempos muy antiguos se adoraba en Atenas a Talo, Hora de la primavera, y a Carpo, la del otoño. (En la imagen: "Dionisio guiando a la Horas". Louvre)
La segunda generación surge a partir de la Teogonía, de Hesíodo, quien las llama hijas de Zeus y Temis, y les da los significativos nombres de Eunomia ("buen orden"), Dice ("justicia") y Eirene ("paz")
A partir de Higinio se aprecia gran confusión respecto a las Horas, pues se mezclan los nombres originales con epítetos y la designación de horas separadas. De esa forma, se elabora una lista de nueve Horas, la que luego llegó a doce, de la siguiente manera:
- Ange, la primera luz;
- Anatole, el amanecer;
- Musica o Musia, la hora matutina de la música y el estudio;
- Gymnastica o Gymnasia, la hora matutina de la gimnasia y el ejercicio físico;
- Nymphe o Nymphes, hora matutina de las abluciones;
- Mesembria, la del mediodía;
- Sponde, las libaciones tras el almuerzo;
- Elete o Telete, la de la oración y la primera de las horas de trabajo de la tarde;
- Acte o Acme, de la comida y placer;
- Hesperis, atardecer;
- Dysis, ocaso;
- Arktos, la última luz.
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