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Nació en Cuerámaro, Guanajuato. Es DOCTOR EN ARQUITECTURA (2009), Maestro en Arquitectura (2000) y Arquitecto (1976), por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; profesor de asignatura en Posgrado en Arquitectura (FA UNAM), coordinador y ponente de diplomados en la DECAD FA UNAM, profesor titular en la Universidad Marista campus Ciudad de México, profesor invitado de posgrado por la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), conferencista, aficionado a la pintura, la música, la historia y la literatura; viajero empedernido, autor de la monografía histórica "Cuerámaro... desde los muros de una hacienda" publicada en la edición especial de la Colección Bicentenario (2010), Gobierno del Estado de Guanajuato. Socio activo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, y fundador y presidente de la SMGE Correspondiente en el Bajío de Guanajuato. Actualmente es Director de Integración de Planeación, Proyectos y Presupuesto, de la Dirección General de Obras y Conservación de la UNAM.

jueves, 3 de marzo de 2016

CARTOGRAFÍA DE LA RESISTENCIA INSURGENTE EN EL BAJÍO. ESTUDIO PRELIMINAR (SEGUNDA PARTE)



Plano que comprende parte de cuatro provincias 

Además del Mapa que manifiesta la provincia de Guanajuato por los cuatro rumbos, existen en la misma Colección Ruiz de Apodaca de la Real Academia de la Historia de España (RAHE), otros dibujos y planos realizados por distintos autores y con fines diversos. Uno de ésos es el titulado Plano que comprende parte de las cuatro provincias, Guanajuato, Valladolid, Sn. Luis Potosí y Zacatecas, actual teatro de la guerra: Julio 8 de 1817. 

Plano que comprende parte de las cuatro provincias: Guanajuato, Valladolid, Sn. Luis Potosí y Zacatecas, actual teatro de la guerra. Julio 8 de 1817. (RAHE)

Refiriéndose a este plano, Carmen Manso señala que el documento “Presenta un plano de las cuatro provincias […] donde se combatió el 8 de julio de 1817, en la guerra por la independencia mejicana”.[1] 
Ciertamente, el título sugiere cuestiones militares; sin embargo, al revisar y analizar el contenido del plano se puede observar que, como el anterior, éste tampoco proporciona información que pudiera relacionarse directamente con la Guerra de Independencia, salvo porque en efecto era ése el teatro en el que se desarrollaba y mantenía precariamente la resistencia insurgente en 1817.

¿Cuál era entonces el propósito del plano y la utilidad de su información?

Algo que a primera vista llama la atención es que el plano no contiene escala gráfica, pero sobre todo que no hay indicación alguna sobre la orientación geográfica, y que —contrariamente a la práctica común— su lectura se hace en sentido inverso, es decir teniendo el norte abajo, el sur arriba, el oriente a la izquierda y el occidente a la derecha del espectador. De esa manera, la ciudad de Valladolid aparece en la parte superior del plano, en tanto que en la parte inferior quedaría la provincia de San Luis Potosí. Atendiendo a la posición descrita, sin embargo, la ubicación esquemática de las localidades es correcta, aunque sólo se comprende teniendo cierto conocimiento previo respecto a la ubicación de los lugares incluidos en el plano.
El dibujo fue hecho a tinta y aguada monocromática en grises, con lo que se dan efectos de relieves y se señalan artísticamente las sierras, los cerros, los valles, los ríos y las lagunas, aunque no se identifican por sus nombres, así como la red de caminos que unía a los poblados por los distintos rumbos. Lara Valdés considera que el fin de este dibujo era hacer una descripción orográfica para destacar cuencas y vertientes de ríos y arroyos, así como los caminos.
Al igual que en otros planos, la representación de la categoría de cada una de las distintas poblaciones se hizo utilizando una simbología a base de tres diferentes iconos de edificios eclesiásticos rematados con una cruz. Con el icono dos torres y una cúpula central se indican en la provincia de Valladolid la ciudad de Valladolid y la villa de Zamora; en la de Guanajuato, las ciudades de Guanajuato, Celaya y Salvatierra, y las villas de León, San Miguel el Grande, Salamanca, y San Felipe; en la de Zacatecas, la villa de Aguascalientes. Así mismo, aunque el título del plano no se refiere a la provincia de Nueva Galicia, también se señala con este icono a la villa de Lagos.
La siguiente categoría de poblaciones se señala con el icono de una torre y una cúpula lateral más baja. Entre otros, en la provincia de Guanajuato se señalan con este icono las poblaciones de Acambaro, Yuriria, Pénjamo, Valle de Santiago, San Pedro Piedragorda, Apaseo, El Huage, Irapuato, Silao, Chamacuero, Dolores y San Luis de la Paz.
Por último, el icono de una pequeña cúpula sirve para señalar a la mayoría de los sitios del plano, que en general correspondían a ranchos y haciendas. Entre los sitios de esta categoría se encuentran, por ejemplo, las haciendas de Cuerámaro, Tupátaro y Corralejo, que se encontraban en el camino entre Cuerámaro y Pénjamo. No se incluye la hacienda de San Gregorio, aunque sí se señala el cerro de San Gregorio donde se ubicaba el fuerte de Los Remedios o de San Gregorio (que no se indica). También se encuentran señalados con este icono otros sitios como La Tlachiquera, El Biscocho, La Zanja, Comanja, El Jaral y Real de Pinos.
En suma, del análisis anterior se deduce que el plano debió formar parte de un informe eclesiástico sobre una parte del Obispado de Michoacán en el territorio específico donde todavía en 1817 continuaba la guerra independentista, con lo que definitivamente queda relacionado el plano con los sucesos, aunque sus fines directos no fueran militares.
También se concluye que la identificación de las poblaciones mediante los iconos señalados, representa, el primero a las ciudades y villas, que eran cabecera y sede de autoridades civiles y eclesiásticas; el segundo representaba a parroquias y curatos, y el tercero a vicarías fijas y visitas dependientes de las anteriores. Existen otros planos del mismo tipo —es decir con fines de informes eclesiásticos— que utilizan iconos similares, con lo que se confirma este planteamiento.




[1] Carmen Manso Porto. Cartografía histórica de América. Catálogo de Manuscritos (siglos XVIII-XIX). Madrid: Real Academia de la Historia, 1997, p. 44. Nota: Manso incurre en una equivocación, ya que la fecha anotada no se refiere a un combate específico, sino al día en que se concluyó o se entregó el plano.

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