El siguiente artículo fue publicado en el periódico Correo, de Guanajuato, el 12 de noviembre de 2009. Fue el segundo de la serie.
Cuerámaro de principios del siglo XX |
SESQUICENTENARIO CUERAMARENSE
Cuerámaro nació a la vida urbana hace 150 años, en la pequeña
congregación fundada por el licenciad Agapito de Anda, en 1859, en lo que fuera la hacienda de Cuerámaro.
Durante más de 300 años, la hacienda de Cuerámaro fue
pasando a manos de distintos dueños, por sucesión, por venta o por ejecución de
remate para cubrir deudas de sus propietarios. Los penúltimos dueños de la
hacienda fueron los Clérigos Regulares Ministros de los Agonizantes de San
Camilo de Lelis, quienes la adquirieron en 1762, después de un largo juicio de
remate por la sucesión de don Pedro Clavería, Regidor del Cabildo de la ciudad de
Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato.
Casi cien años conservaron los camilos la propiedad de la
hacienda de Cuerámaro, hasta que los acontecimientos políticos y la Ley Lerdo
obligaron su desamortización. En tales circunstancias, los padres camilos la
vendieron por 310 mil pesos al licenciado don Agapito de Anda, en 1858.
Hasta ahora se ha considerado a Francisco Venegas como
fundador del Cuerámaro moderno. Sin embargo, por hechos documentados
fehacientemente en fuentes primarias, se puede probar que fue el licenciado AGAPITO
DE ANDA quien fundó la congregación de Cuerámaro, a través del fraccionamiento
de la hacienda.
El mismo Agapito de Anda, en una carta localizada en el legajo
734 del Ramo de Bienes Nacionales del Archivo General de la Nación, dirigida al
gobierno de don Benito Juárez, dice lo siguiente:
Firma del Lic. A. de Anda, en el documento mencionado. |
“…yo había concebido una idea más noble, más grandiosa, más
filosófica y de asombrosos resultados para la riqueza pública, para los
aumentos del erario, para el adelanto de la agricultura y para el alivio de la
clase más menesterosa que existe en el campo sujeta a una condición que dista
poco de la servidumbre: la de dividir la finca siglos atrás monopolizada, en
fracciones de todos tamaños y precios, de manera que los hombres trabajadores e
industriosos y hasta los proletarios mismos pudiesen entrar en la esfera de
propietarios. […] Para dar a este proyecto el debido impulso, procuré
establecer y se ha establecido en efecto una pequeña colonia o pueblo en que se
han avecindado multitud de personas, principalmente compradores de fracciones y
todos los antiguos sirvientes y jornaleros de la hacienda, que con apego a la
propiedad que han adquirido no dudo adquieran también las virtudes sociales que
son consiguientes.”
Además del anterior, existe en el Archivo Histórico de
Notarías del Distrito Federal un documento inédito, fechado el 24 de febrero de
1859 (acta 87101, folio 1120 de la notaria de Pablo Sánchez), con el cual la
comunidad de camilos otorga a Agapito de Anda poder para firmar la venta de
tierras que éste hiciera en la hacienda de Cuerámaro, en tanto se formalizaba
la escritura de la hacienda por la operación mencionada.
Ante tales evidencias, es tiempo de reconocer la verdad; es
hora de corregir errores históricos, aunque hay quien se opone a ello, por necedad
o ignorancia.
[Publicado el 12 de noviembre de 2009, en el periódico
Correo, Editoriales, Guanajuato, bajo el título de “Sesquicentenario
cueramarense”. Autor: Horacio Olmedo Canchola © 2009]
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