El jueves 5 de noviembre murió una tía muy querida, hermana de mi madre, y mi madrina de bautizo: Graciela Canchola. Ese acontecimiento me hizo recordar las Coplas, de Jorge Manrique (1440-1479), a la muerte de su padre:
"Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuan presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor [...]"
La única certeza de todo ser vivo es la muerte.
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuan presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor [...]"
La única certeza de todo ser vivo es la muerte.
Es triste, pero es lo más natural. Es el paso de un estado de ser a otro de estar. Estar aquí, y en ningún lado; estar en el viento y en el silencio, en el recuerdo, en la nada.
"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegando, son iguales
los que viven por sus manos y los ricos."
[...]
"Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos [...]"
"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegando, son iguales
los que viven por sus manos y los ricos."
[...]
"Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos [...]"